El uniforme en la práctica del béisbol representa mucho más que un atuendo que comparten jugadores de un mismo equipo. Es un símbolo que une a un grupo de atletas en el logro del mismo objetivo: ganar juegos. Sea unicolor, multicolor o a rayas, es importante que los jóvenes jugadores respeten sus camisetas y las lleven con orgullo en todo momento. Vestir el uniforme siempre debe ser motivo de inspiración y un factor de preparación mental para el pelotero.
Los grandes equipos de la historia del béisbol han sabido cultivar este elemento y colocarlo en la cumbre ante sus fanáticos. Para lograrlo, han mantenido el modelo de sus uniformes invariable por décadas, o a lo sumo, han hecho pocas variaciones al original. Gracias a ello se han convertido en tradición. Por supuesto que ya el pesado y caluroso algodón usado en los uniformes a principio del siglo pasado, se encuentra en desuso, dándole paso a materiales cada vez más livianos y que se mantienen secos y frescos, aun bajo el más inclemente sol.
El uniforme de béisbol, igual que todas las vestimentas del ser humano, ha estado sujeto a la moda. En épocas remotas era usual ver a los jugadores con los pantalones justo hasta la rodilla, donde generalmente se formaba una especie de bombacho, para dar paso a largas medias que terminaban de cubrir las piernas. Tanto las camisas como los pantalones se usaban sumamente holgados.
Luego, más recientemente, y ya usando uniformes mucho más ceñidos al cuerpo, los pantalones eran usados por la mayoría de los jugadores hasta la mitad de la pantorrilla y acompañados de las conocidas “sobremedias”, especie de estribo que se colocaba sobre una media blanca llamada “sanitaria”. Para ese momento la correa había desaparecido ocupando su lugar en la cintura, la pretina elástica.
En la actualidad apareció de nuevo la correa y considerando lo largo que son usados los pantalones, ya las medias son solo parte de la ropa interior del jugador. Es difícil ver medias en un campo de béisbol en estos días. Los pantalones cubren toda la pierna, tanto, que a veces pareciera que se quiere cubrir también los zapatos.
En todo caso, lo cierto es que ponerse un uniforme de béisbol, forma parte del ritual del juego. Al usarlo, el jugador está diciendo sin palabras, que se compromete a dar todo lo que sea necesario para que su equipo salga victorioso en cada encuentro y que no se detendrá hasta lograr el campeonato.
Recuerda: Tu uniforme es el templo que habitas durante el partido en el terreno de juego.